Berenice Abbott: fotografía y ciencia

«Vivimos en un mundo basado en la ciencia pero nosotros, los millones de no iniciados, no conocemos ni apreciamos el conocimiento sobre el que reposa nuestro día a día».

«Para conseguir que la ciencia tenga un amplio apoyo popular, es necesario que haya un intérprete amigable entre la ciencia y el profano. Creo que la fotografía puede ser ese portavoz, mejor que cualquier otra forma de expresión».

Path of a Moving Ball. MIT 1959-1961. Berenice Abbott
Path of a Moving Ball. MIT 1959-1961. Berenice Abbott

Berenice Abbott se enfrentó con este propósito a uno de sus proyectos profesionales más ambiciosos: representar la ciencia, su belleza, para un público generalista. Un proyecto al que consagró diez años de su vida, años en los que subsistió a duras penas pero en los que no dejó de intentar buscar apoyos para sacarlo adelante. 

Berenice Abbott. Autorretrato
Berenice Abbott. Autorretrato

Pero, ¿quién era Berenice Abbott?

Nacida en 1898 en Springfield, Ohio, Berenice Abbott  fue una joven inconformista, incómoda con su vida americana de la que escapa en 1921 camino de París.  En Estados Unidos había abandonado la Universidad para trabajar como sirvienta, figurante y, ocasionalmente, modelo en el  ambiente bohemio de Greenwich Village, donde conocerá a artistas, escritores e intelectuales. Entre ellos está Man Ray quien años más tarde será clave en su vida.  

Cuando llega a París, intenta subsistir como escultora, pero no habla casi francés y apenas tiene amigos. En 1923, se va a Berlín, donde gracias a la inflación galopante que sufre el marco su dinero le proporciona una vida mucho más cómoda que la de sus años parisinos. En 1924, sin embargo, deprimida por su situación inestable, decide volver a París y aceptar cualquier trabajo que le ofrezcan. Por casualidad, a su vuelta a Francia se encuentra con Man Ray, que está buscando un ayudante para su estudio de fotografía y quiere encontrar a alguien sin conocimientos previos, para así poder enseñarle cómo le gustan a él las cosas. Este encuentro fortuito con Man Ray y la fotografía cambiará la vida de Berenice. 

«Me lancé a la fotografía como un pato al agua. Ya nunca quise hacer otra cosa».

Enseguida, la joven americana demuestra tener un talento innato para la fotografía y Man Ray la anima a montar su estudio y hacer sus propias fotografías. En esta etapa parisina, Abbott se centra en los retratos de las personalidades artísticas que conoce en el París de la época: Jean Cocteau, James y Nora Joyce, la princesa Murat, Thelma Wood. Sus retratos se hacen famosos y son codiciados por la sociedad parisina, proporcionando a Abbot una estabilidad económica que no había conocido hasta entonces, fama y éxito profesional. 

En 1929, regresa a Nueva York para una corta visita, pero la ciudad ha cambiado mucho y se queda atrapada por su vitalidad y energía, y por los cambios que han ocurrido en los últimos 8 años. Tras liquidar su estudio en París, se instala en Nueva York pensando en proseguir con su trabajo como retratista y emprendiendo otros proyectos. Sin embargo, la realidad americana no tiene nada que ver con la europea. No hay mercado para los retratos artísticos y los medios impresos: periódicos y revistas no aceptan sus trabajos. 

A pesar de los problemas económicos, Abbott dedica los diez años siguientes a un proyecto muy ambicioso. Seducida por Nueva York como una ciudad en constante progreso y cambio, se dedica a fotografiar los edificios, los barrios, los puntos singulares, las vistas, las gentes en un intento de poner cara a una ciudad, de mostrarla tal y como es en un instante determinado; casi como una madre intentando dejar un recuerdo de su hijo en constante cambio. 

Woolworth Building (Cass Gilbert), 233 Broadway, Manhattan. Berenice Abbott
Woolworth Building (Cass Gilbert), 233 Broadway, Manhattan. Berenice Abbott

Retratar Nueva York es un reto que Berenice afronta planificando cada toma, cada fotografía. No deja nada al azar. No quiere hacer fotografías bonitas, quiere hacer un gran proyecto documental serio e informado que se enfrente a la concepción de la fotografía como algo ocasional e improvisado. 

Financial District Rooftops: II. Looking southwest from roof of 60 Wall Tower, Manhattan. 1935. Berenice Abbott
Financial District Rooftops: II. Looking southwest from roof of 60 Wall Tower, Manhattan. 1935. Berenice Abbott

«El ritmo de la metrópoli no es el de la eternidad, ni el del tiempo que pasa, sino el del instante que desaparece. Esto es lo que le da a su plasmación un valor documental a la vez que artístico». 

Dedica 10 años a su proyecto sobre Nueva York. Da clases, acepta encargos ocasionales e intenta encontrar fondos para llevarlo a cabo. En 1935 consigue fondos para trabajar durante 4 años en el proyecto «Changing New York», para el que realiza más de mil fotografías de toda la ciudad, pero especialmente de Manhattan. 

En 1939, el programa de fondos se interrumpe y Berenice comienza a pensar en un nuevo proyecto. Será entonces cuando se fije en la ciencia y se proponga acercarla a la sociedad. Se enfrenta otra vez a todo tipo de dificultades, económicas pero también de comprensión por parte de fotógrafos, que no ven el interés en la ciencia, y por parte de los científicos, que la desprecian por su falta de conocimientos. 

Beams of Light through Glass. 1958-1961. Berenice Abbott
Beams of Light through Glass. 1958-1961. Berenice Abbott

 

A pesar de sus esfuerzos y su interés, hasta 1957 Abbott no consigue poner en marcha su proyecto de fotografía científica. Ese año, los rusos lanzan el Sputnik y el deseo de competir con ellos en la carrera espacial provoca un interés por la ciencia en la sociedad americana que Berenice aprovecha para conseguir apoyos dentro de la comunidad científica. Pronto se encuentra trabajando en el  Laboratorio de Estudios Físicos del MIT.

 

 

Collision of Two Balls. MIT. Berenice Abbott.
Collision of Two Balls. MIT. Berenice Abbott.

20 años ha tardado en conseguir demostrar que la ciencia y la fotografía pueden y deben ir a la par. Sus trabajos incluyen campos magnéticos, trayectorias, proyecciones de luz y péndulos. Las fotografías evitan cualquier efecto artístico para tratar de documentar el trabajo científico de la manera más realista posible. Fue su último gran proyecto. 

Abbott fue una mujer fascinante con una vida que recorre buena parte el siglo XX, que lucha por hacerse un hueco en una profesión que era eminentemente masculina y se acerca a la fotografía desde un nuevo enfoque; más profesional, menos artístico, más documental. 

 

 

 

 

Magnetic Field. 1958-1961. MIT. Berenice Abbott
Magnetic Field. 1958-1961. MIT. Berenice Abbott
Magnetic Field. MIT. Berenice Abbott
Magnetic Field. MIT. Berenice Abbott

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